Anécdotas

Nosotros, como Betelgeuse, teníamos los equipos más avanzados que existían para ese momento en Venezuela.Teníamos los mejores disc-jockeys, la música más exclusiva, las luces más espectaculares,…el mueble más espectacular! Y a este servidor en particular, le toco cargar muchos de esos muebles, luces, discos,…gaveras de discos. Porque eso que tenemos ahora en mp3, eso ni pensaba nacer. Todo era gaveras de discos, y por supuesto cargarlos, llevarlos. De verdad una experiencia inenarrable, un tiempo maravilloso, del cual quedaron grandes amistades.

Así que, quiero mandarle un abrazo cordial, fabuloso, fraterno, a todos los que integramos en su momento a Betelgeuse. A todos los que colaboramos con Betelgeuse, y formamos parte de esa historia.

Yo fui de los primeros que comenzó a vender los platos Technics SL1200 MK2 en el país. Ya que me di cuenta que en Studio 54, en Xenon, en Bonds Disco; en ese tipo de discotecas, usaban el 1200 MK2, con las agujas Stanton. Creo que eran las 6000 u 8000, no recuerdo bien, pero con las Stanton tenía que ser porque esa era la nota.

Ustedes fueron los primeritos a los que les vendí esos platos con esas agujas, y más ustedes como miniteca, porque a quienes más le traía esos equipos era a las discotecas fuera de Caracas, en La Guaira, Valencia. Y después empezaron las minitecas, pues.

¡Waooo! Una emoción grandísima produce en mí, remontarme a hace más de 35 años. Fueron tantos los momentos vividos, anécdotas para contar, personas maravillosas que conocí.

Cómo no recordar, en este momento, a personajes emblemáticos en la historia de Betelgeuse, tales como los disk-jockeys estelares: Iván De La Vega, Juan Pablo (manos limpias) y Mario; a los hermanos González, Carlos y Rafa; Gilberto, Joseito, Papaí, y por supuesto a mi primer amor: Jhonny Cabrera. Cómo olvidar las mejores fiestas de 15 años de la época, amenizadas por la mejor miniteca: BETELGEUSE.

Una fiesta para recordar, la de la hija de Raúl Amundaray, con carrozas y caballos. Y como esa, muchas fiestas, donde el lujo mayor era la música, con las luces del momento, la máquina de humo y el negrito Tony Scott bailando breakdance.

Lo más importante para la época, al celebrar los 15 años, era que estuviera amenizada por Betelgeuse. Recuerdo que, para la mía, le repetía a mi mamá que lo más importante era que contratáramos a la Miniteca Betelgeuse, como en efecto sucedió.

Me daría un gran placer volvernos a encontrar y compartir con nuestras familias.

Hay un episodio aparte, que son los viajes a NY. Fueron como 5. Hubo uno que fuimos con el gordo Manuel, otro con el Yago, uno nosotros, uno yo solo; y creo que el ultimo fui con el negro Tony, en el que celebramos mi cumpleaños en el avión de regreso en el ’82, ya que en el ’83 vino el «Viernes Negro» y no se viajó más.

Si mal no recuerdo ese debe ser el año en que me fui de la miniteca, en el ’83 aproximadamente. En realidad nunca me he debido de ir, pero por circunstancias que no vienen al caso tuve que hacerlo.

En fin, que buenos recuerdos.

Un abrazo, amigos.

En una oportunidad nos contrataron para una fiesta en el Country Club, y como el evento era de un amigo de los integrantes de la miniteca, nos invitaron a asistir con nuestras novias. Resulta que el salón era bastante caluroso y mi novia además de incomodarle, decidió ir al baño, quitarse el sostén y cerrarse un poco más la camisa que llevaba. Al regresar, no encontró otro sitio donde guardar su prenda que en uno de los múltiples bolsillos de mi braga de Betelgeuse, con la que estábamos trabajando esa noche.

Luego de un set de música bastante movida, yo colaboraba con Juan Pablo colocando el set de la música lenta. Mientras mi novia me ayudaba a buscar los discos, nos hidratábamos y me secaba el sudor, note que la Sra. madre de nuestro amigo, los dueños del evento, me veía de una manera particular y comentaba algo con otra señora, reían y seguían comentando. Hasta que mi novia me dijo que me estaba secando el sudor con su sostén, que me había metido en el bolsillo de la braga.

Durante esa época, en Caracas 750, yo fui Gerente de Promociones y Eventos, y me tocaba montar promociones.

Con el gran Luís Enrique Delgado, utilicé la canción «The Promise», del grupo When In Rome, una de mis favoritas, para montar esas promociones para Betelgeuse, en los eventos playeros que promovía la emisora.

Hubo unos quinceaños en el Gran Salón del Hotel Caracas Hilton y, en un momento dado, el papá de la quinceañera quiso que la miniteca pusiera el cumpleaños feliz, pero, por alguna razón, ese disco no estaba en mi gavera. Cuando le comenté al señor que el disco se me había olvidado, su respuesta fue: «entonces a mí también se me olvidó el cheque para pagarles a ustedes!

En el Hotel habían varios salones con fiestas. Alguien de la miniteca pasó por cada uno de ellos, hasta que encontró quien le prestara el disco de Emilio Arvelo y problema solucionado.

Menos mal que Johnny nunca se enteró de esto, al menos hasta que lea lo que acabo de contar. Jajajajajajaja!